Después de muchos intentos, Elyas finalmente pudo replicar el algoritmo que se escondía tras los "pasaportes vacuna". Para ello fue necesario estudiar el código, revisar cientos funciones en la blockchain y generar una cantidad de pasaportes inválidos hasta tener finalmente uno que pudiera ser leído por las autoridades para ingresar legalmente a la ciudad.
Lo mas fácil fue conseguir los pasaportes. Algunos miembros de la comuna los prestaron sin reparo, pues sabían de que se trataba el trabajo de Elyas; otros los prestaban sin siquiera entender la magnitud del experimento. Algunos, como ya era costumbre al interior de la comuna, fueron robados a personas al interior de la ciudad. Sin embargo, el mayor problema fue encontrar dos pasaportes consecutivos en la blockchain.
Afortunadamente para Elyas, la Darknet es fuente de cuanta materia ilegal existe y no solo física sino también digital. Así fué como se hizo al código fuente. Se podría decir que no se necesita más. Sin embargo cada intento de producir un nuevo pasaporte, costaba dinero en transacciones en la blockchain y si no se hacía con las mayores precauciones de seguridad, podría ser rastreado con localización exacta, lo cual implicaría el fin del juego.
Elyas era uno de los pocos que entendía código fuente. Esto gracias a su trabajo como programador y consultor en grandes bancos en Frankfurt. En el punto máximo de su carrera, se movía como pez en el agua en las bases de datos del banco central europeo, el corazón del sistema. Pero llegar allí no fue fácil. Para un turco-alemán de tercera generación, nacido en Alemania y quien hablaba la lengua local a la perfección, todavía era normal sentirse observado.
La decisión de moverse a la comuna no fue fácil, de no haber sido por Helga, Elyas hubiera seguido disfrutando de las comodidades y excesos que le proporcionaba su elevado salario. Pero Helga lo convenció poco a poco de lo que era lo mejor para él.